CARTA ABIERTA A UN “ENTRENADOR”
Estimado amigo: El otro día tuve la oportunidad de jugar contra tu equipo y, déjame decirte, fue la peor experiencia deportiva de mi vida. La verdad no me importa porque tras 23 años en este mundo ya nada me sorprende, pero quiero que sepas que lo mismo les pasó a mis jugadores, fue la peor experiencia en su cortísima carrera deportiva.
Algunos de ellos tenían una semana entrenando y era su primer partido. ¿Recuerdas, “amigo”, tu primer partido?, los nervios de la noche previa, la ilusión con la que preparaste tu uniforme, la llegada a la cancha, la inseguridad en la rueda de calentamiento… ¿lo recuerdas? Por desgracia y, gracias a ti, mis niños no lo olvidarán nunca.
No creo que deba recordarte que mis jugadores eran 3 años menores que los tuyos y que estábamos en un torneo “supuestamente” de iniciación. Ya desde la entrada algunos de los niños y sus padres me comentaban que si vuestros niños cumplían con la edad porque eran físicamente muy superiores a los nuestros, creo que el más bajito de tu equipo era como diez centímetros más alto que cualquiera de mis jugadores, por no hablar de su calidad técnica. Como te he dicho, para muchos de los míos era su primer partido y se, de buena tinta, que la mayoría de los tuyos tienen más de tres años jugando. No me importó, les comenté que no pensaba reclamar, que nuestro objetivo no es el resultado deportivo, que lo importante es el crecimiento personal de cada niño, el aprendizaje diario y el ser capaz de enfrentar la adversidad con trabajo, dejando todo en la pista haciéndolo lo mejor posible.
Nunca me he arrepentido tanto de una decisión, visto lo visto debería haberme llevado a los niños y suspender el partido pero, por respeto a tus jugadores, decidí jugar.
Seguro que desde tu ignorancia pensarás que estoy escribiendo esto porque me ganaste por 70 puntos, ¿verdad?, pues mira “compañero” quiero decirte (supongo que te dolerá saberlo) que he perdido partidos por bastantes más puntos que el del sábado, sin ir más lejos hace dos meses perdimos por más de 100 puntos. De verdad que siento haberte quitado la ilusión por ser la persona que me dio una “madriza”, como tú mismo dijiste a los papas de tus niños delante de los papas de los míos. Lo siento.
Volviendo al tema NO, no es por perder por lo que estoy escribiendo esto, fue por tu lamentable actitud y tu desprecio por nuestro maravilloso deporte, al que faltaste al respeto sólo para llenar tu ego de jugador frustrado.
Cualquier persona en la cancha, aunque no tuviera idea de baloncesto, sabía que ganarías por una amplia diferencia. Todos menos tú, que decidiste salir con una presión a toda cancha con 2 contra 1 supongo que por si te sorprendíamos con nuestras “extraordinarias habilidades”. Te informo de que, a día de hoy, mi equipo no es capaz de meter 20 puntos ni jugando solos.
No conforme con eso, mantuviste esa defensa hasta que finalizó el segundo cuarto, 20 minutos en los que mis jugadores no llegaron al medio campo y en los que tus jugadores se dedicaron a meter bandejas sin oposición, algo que, sin duda, les ha ayudado a mejorar muchísimo sus habilidades.
Si sólo fuera eso no hubiera perdido mi tiempo en escribirte. Acepto que si la diferencia entre dos equipos es de 100 puntos, me ganen por 100 puntos, lo que me parece lamentable es que quieras llevar esa diferencia a los 150, eso es de ser un mediocre y no tener ni idea de lo que tienes entre manos.
Te podría dar algunas alternativas que podrías haber utilizado para que el partido les sirviera de algo a tus jugadores pero dudo que quieras mi consejo, igual que dudo que entiendas una palabra de lo que te diga así que prefiero guardármelo para personas que sí quieran atender.
Te felicito por la victoria pero no tanto a tus niños porque los pobrecitos no aprendieron nada el sábado, absolutamente nada. Bueno, quizá si aprendieron a humillar a un rival, a reírse de los contrarios y a NO DAR LA MANO A LOS CONTRARIOS AL FINAL DEL PARTIDO, eso sí lo hicieron muy bien. Pero no les culpo a ellos, la culpa es tuya y sólo tuya. Yo, mientras, tú te dedicabas a sacar pecho frente a los papas de tu equipo por tu “aplastante” victoria, me dediqué a intentar convencer a mis niños que lo bien que lo habían hecho, porque sí lo hicieron bien a pesar de haber metido sólo 4 puntos. Fueron valientes por entrar en la cancha, fueron atrevidos por intentar salir a pases de tu presión y nos dieron una lección de pundonor e ilusión por jugar a su deporte favorito a todos los presentes.
Hoy he entrenado con ellos y estaban contentos, han entendido que enfrentarse a tu equipo los ha hecho más fuertes y que, cuando jueguen contra un equipo de su nivel van a ser mucho más consistentes. No te puedes imaginar lo orgulloso que me siento de mis jugadores, aquellos a los que tú, el sábado les decías sin ningún tipo de vergüenza “no la vas a meter”.
Bueno “entrenador” me voy a ir despidiendo que tengo que preparar entrenamientos y pensar en la manera de seguir enseñando valores positivos y de crear ejercicios que mejoren a mis jugadores para que disfruten de su próximo juego, juego que afortunadamente, no es contra ti.
P.D: No soy nadie para dar consejos a otros entrenadores pero, como tú no lo eres me permito darte uno. Tu trabajo, no lo olvides, es formar personas no jugadores de baloncesto. Si no entiendes esto, te pido por favor que te dediques a otra cosa.
Atentamente, Un “educador”
Nacho Gella Ciprés
Psicopedagogo
Entrenador de Baloncesto